Los partidos de oposición en México, el PRI y PAN, han tachado a la reforma electoral de oficialista y de ser un distractor ante la situación de violencia en el país.
Por un lado, el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, rechazó participar en los foros y mesas de diálogo convocados por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Consideró que, se trata de “una trampa” y “una farsa” cuyo objetivo es eliminar a la oposición, consolidar un partido hegemónico y debilitar al Instituto Nacional Electoral (INE).
“Está muy claro, es una trampa, no hay apertura, no hay pluralidad, la Comisión la preside la presidenta Claudia Sheinbaum, no Pablo Gómez”, expreso.
“Lo que buscan es deshacerse de la oposición y crear un partido único. Están fortaleciendo, no el presidencialismo, sino el partido único y quien tenga facultades metaconstitucionales y metaestatutarias para dirigirlos, es el que va a dirigir este país”, añadió.
Asimismo, criticó que el planteamiento del Ejecutivo pretenda borrar 48 años de transición democrática.
Sin embargo, señaló que su partido dará batalla desde el Congreso para frenar el proyecto.
Por su parte, el Partido Acción Nacional (PAN) se dijo abierto para analizar y colaborar en la redacción de la Reforma Electoral, sin descartar que se plantea el oficialismo.
Sin embargo, indicó que primero se debe hablar de la sobrerrepresentación en ambas cámaras.
Además, señaló que se trata de un distractor para que se evite hablar de la violencia que se vive en el país.
”La propuesta de reforma electoral del Ejecutivo es una perversidad por partida doble, porque se trata de un distractor para que se deje de hablar de la violencia, inseguridad e incertidumbre económica en el país y en segundo lugar tiene como objetivo la consolidación de un régimen de corte autoritario”, indicó Ricardo Anaya, líder del PAN, en conferencia de prensa.